[…] En esa escena Sheldon cita un estudio de la investigadora Mirjam A. Tuk, de una universidad holandesa, y efectivamente ese estudio existe. Fue publicado en 2011 por Tuk y sus colegas Debra Trampe y Luk Warlop en la revista Psychological Science y ese mismo año ganaron el premio Ig Nobel de Medicina, una especie de “Nobel alternativo” a investigaciones cuanto menos curiosas que “hacen a la gente reír pero después pensar”.
Tuk y sus colegas realizaron varios estudios para poner a prueba su hipótesis de que las señales inhibitorias pueden pasar de un campo (en este caso el de contener la orina) a otros diferentes y aumentar el control de impulsos.
En dos de esos estudios hicieron que la mitad de los participantes tomasen unos 700 mililitros de agua mientras que los restantes solo bebieron 50 mililitros. Después tenían que decidir (en varios casos) entre obtener una pequeña recompensa el día siguiente o una recompensa mayor más adelante. Les planteaban, por ejemplo, recibir 16 dólares un día después o 30 dólares pasados 35 días.
Pues bien, quienes habían bebido más agua (y tenían más prisa por ir al baño) fueron más propensos a elegir la recompensa mayor, aunque tuviesen que esperar más tiempo para recibirla. Según los autores del estudio, “la inhibición de diferentes comportamientos (motores y cognitivos) parecen tener su origen en las mismas áreas neuronales”. […] @maldita
Enviado por LaChicaDel2CV.