[…] Pepsi puso en marcha en 1995 una promoción en la que la gente podía sumar puntos para luego canjearlos por artículos de la compañía. Una camiseta costaba 75 puntos; unas gafas de sol, 175; había incluso una chaqueta de cuero que se podía canjear por 1.450 puntos. (…)
Pero la gente que realizó el anuncio quería finalizarlo con algo surrealista. Así que, ataviado con la camiseta, las gafas y la chaqueta de cuero, el protagonista va a su colegio volando con su reactor Harrier. Según el anuncio, este avión militar podía ser tuyo por siete millones de puntos Pepsi.
(…) Pepsi permitía que cualquiera pudiese comprar puntos adicionales a diez centavos el punto. No estoy familiarizado con el mercado de segunda mano de aviones militares, pero un precio de 700.000 dólares por un avión de 20 millones parece una buena inversión. Y eso es lo que hizo John Leonard, quien intentó sacar provecho de ello. […] @elpais.
Me ha llamado mucho la atención el asunto sobre la verdadera dimensión de los números grandes.
Utilicé mi método favorito de comparar números grandes con el tiempo. Sabemos que un millón, un millardo y un billón son cantidades diferentes, pero a menudo no apreciamos el acusado incremento que hay entre ellas. Un millón de segundos contados desde ahora son tan solo once días y catorce horas. No está mal. Podría esperar todo ese tiempo. Son menos de dos semanas. Un millardo de segundos es más de treinta y un años. Un billón de segundos contados desde este momento nos situaría en el año 33700 e. c. (era común).
¿Qué pasó con el asunto del Harrier? En ese artículo no resuelven la duda, pero en este otro de Gizmodo explican que finalmente Pepsi se libró, porque en USA los anuncios no son contratos vinculantes.
Enviado por ThugLife.
Están las “influencers” de Twitter lokers con este vídeo sobre las horribles expectativas de las mujeres.
Podemos hacer una lista en modo masculino:
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