Javier Avellaneda (Palencia, 1974) lleva seis años, nueve meses y más de 20 días sin poder estar con su hijo A. A.M, de 14 años. “Su madre lo tiene secuestrado”, según el padre, después de que se le concedió la custodia compartida del menor y hay dos sentencias firmes del Tribunal Supremo que condenan a la madre, cada una, a dos años de cárcel además de a cinco y a cuatro años de la inhabilitación especial de la patria potestad, respectivamente. Ambas, sin ejecutar. @elespanol
Javier Avellaneda, el padre que lleva casi 7 años sin ver a su hijo, ha presentado una denuncia contra los policías de Palencia que se niegan a detener a su exmujer, a pesar de contar con dos condenas firmes por sustracción de menores, la última, notificada el pasado mes de septiembre. @libertaddigital
Ministerio de “igualdad”:
Denme comillas más grandes…
Extra: Entrevista al vicepresidente de la asociación nacional de ayuda a las víctimas de violеncia doméstica: “Me duele que tenga que morir una niña para que la sociedad empiece a darse cuenta del problema que hay con las denuncias falsas”.
Este hombre sufrió 28 denuncias falsas antes de que la madre acabase con la vida de su hija. “Hasta que no ha muerto la hija, la jueza no ha hecho ni el huevo”.
Creo que ya va siendo hora de que se pronuncie la frase: “Irene Montero dimisión“.
Extra: Ya tienen argumentario para repetir como papagayas.
La sentencia precisa que “no queda suficientemente acreditado que el acusado maltratara habitualmente a la perjudicada”, aunque por la tensión de la convivencia ella fuera diagnosticada de “reacción a estrés agudo”. Asimismo, el juez define al acusado de “persona fría y distante”, aunque precisa que el relato de la víctima tiene “notorias falsedades”. @abc
Una persona capaz de matar a una niña, y que el juez advierte de sus “notorias falsedades”, perfectamente puede provocarse cuatro contusiones y culpar a su pareja para quedarse la custodia de su hija y de paso hundirle la vida a su expareja. Además lo que se desprende de esa condena, es que si su declaración tenía notorias falsedades, no pudo ser usada como única prueba de cargo, tenía también los partes de lesiones, que podían ser perfectamente autoinducidos (hematomas y tal). Vamos que incluso siendo una inútil inventándote una agresión, podrías ganar un juicio dándote unas hostias contra un poste.
Eso unido a las 28 sucesivas denuncias desestimadas (desestimadas teniendo en cuenta que el hombre tenía estos antecedentes, así que serían locurones de denuncias), nos da una imagen de lo que ha pasado.