El golfista profesional británico Francis McGuirk se ha convertido en el centro de todas las miradas, aunque no por sus dotes deportivas. Y es que en lugar de aceptar dividir sus bienes tras el divorcio con su mujer, decidió reducir a cenizas la casa en la que vivía con su familia para, como así ha asegurado, que “la put* no se quedara con nada”. @20minutos