[…] “Es el típico lugar en el que tienes que contener la respiración: entras y sales tan rápido como puedes. Pero esa es una opción que yo no tuve”, explicó el demandante al diario local ‘The Oregonian’, al queaseguró que una vez pudo salir del baño, todo él “olía a orín”.
Fue entonces el mismo responsable del local quien le ofreció como compensación “comidas gratis de por vida”, una proposición que Brooner aceptó y, a partir de ese momento, acudió a comer al restaurante cada día durante las siguientes 13 jornadas, en algunas ocasiones incluso dos veces por día. Pero pasado el decimotercer día, los empleados del local le comunicaron que un jefe de distrito de Burger King les había ordenado que pusiesen fin al trato. Lo que Brooner pide ahora a la Justicia es o bien que la cadena de restaurantes cumpla la promesa original que le hizo el responsable del local y pueda comer gratis siempre que quiera o que por lo menos le suministren una comida gratis por semana durante lo que le queda de vida. […] [Noticia]