La intensa presión del aire es tal, que puede hacer que los pulmones de un halcón peregrino estallen. Pero gracias a unos pequeños tubérculos óseos en la parte posterior de su pico, las ondas de choque se redirigen evitándolas.
Este diseño distintivo fue la inspiración para hacer los motores a reacción.
Extra: Así funciona un motor a reacción.