En Japón la población está envejeciendo a pasos agigantados. Tanto que casi no hay recursos para atenderla. Ante el desamparo en el que viven, algunos ancianos toman decisiones desesperadas… como ir a la cárcel.
Este anciano de 80 años, que se jubiló hace siete, está actualmente en la cárcel, donde ha pasado casi toda su jubilación. La razón de su detención: el robo de un poco de sushi. Reincidente, fue condenado a pena de cárcel. «Aquí les dan de comer, tienen un techo, cuidan de ellos… Muchos ancianos cometen pequeños robos para que los manden a la cárcel», explica Akiko Sasaki, trabajadora social en el centro de reclusión de Onomichi, una prisión donde solo hay ancianos. @abc
¿Acabaremos así en Occidente después de haber vendido las maravillosas bondades de no tener hijos?
Ya en 2002 se hizo una película sobre el tema de las cárceles japonesas. @Agapitopito2