“Rechacé un trabajo porque tenía que trabajar los sábados. Yo los fines de semana salgo, quedo, disfruto y descanso. Esos días están para relajarse y evadirse, precisamente, de la vida laboral. Yo no trabajo los sábados”, dice Rodrigo Casado, de 26 años, biólogo. Describe un puesto de trabajo que le ofrecieron, en el que tenía que ir al laboratorio en fin de semana, incluso turnos de noche. @elconfidencial