[video_player id=289458]
Igualdad quiere que el hombre prepare los cumpleaños de sus hijos; que cuide a los ancianos de la casa; que no tenga vergüenza por «no saber qué es un fuera de juego» y que abandone los grupos de WhatsApp donde «hay un machito». Son enunciaciones de Montero y su secretaria de Estado, Ángela Rodríguez, en la presentación del spot para instigar un cambio de rumbo de los roles atribuidos al hombre. Que sean menos «machirulos» y más «blandengues», en resumen. Según Igualdad, esta sociedad feminista pide al varón un canto reaccionario en el que debe significarse y le interpela a «dejar de estar oprimido por los mandatos rígidos del patriarcado». Es decir, tienen que rebelarse contra la inercia e las últimas generaciones y expresar sus emociones, llorar y ponerse el delantal sin tapujos.@abc
Ahora tiene que hacer otra encuesta añadiendo “si la cosa empeora irás al frente”. Preveo un resultado diferente.
@elonmusk enviado por Jumy.
Muchos seguidores del actor le invitaron a dar un paso hacia atrás, y que borrase el comentario. “Te has pasado de frenada”, “el tono del tuit es desafortunado o inmerecido” y otros consejos similares se podían leer tras el mensaje de Tejero, que decidió eliminar esa publicación. Sin embargo, las críticas hacia el intérprete continuaron, y finalmente, ha borrado su cuenta de usuario, @fertejerom.
Estados Unidos, Rusia y China trabajan en sus propios proyectos. El Pentágono cree que Irán y Corea del Norte también lo hacen.
El pulso electromagnético o EMP (por sus siglas en inglés) empieza posicionarse como el santo grial del armamento del futuro. Sus efectos altamente destructivos, casi sin dejar víctimas mortales, son conocidos desde mediados del siglo XX, pero hasta ahora no se han podido concretar en un arma tangible que permita a una potencia militar alcanzar la supremacía en este campo. No obstante, hasta cinco países tendrían abiertos ahora mismo diferentes programas para desarrollarla.
El descubrimiento de este pulso se produjo durante las pruebas de las bombas atómicas. Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética se dieron cuenta de que cuando hacían estas pruebas en la atmósfera, se generaba una emisión de energía electromagnética muy breve pero de muy alta intensidad. La consecuencia es que todo componente electrónico que estaba en un amplio radio de kilómetros quedaba achicharrado, totalmente quemado, e inservible.
Sin causar apenas muertos –sólo fallecerían aquellas personas con marcapasos o que tienen implantado algún dispositivo electrónico en el cuerpo– se podría mandar a una ciudad o un territorio al siglo XIX en cuestión de segundos. Todo lo eléctrico dejaría de funcionar. Adiós internet, telecomunicaciones, vehículos, maquinaria de fábricas, fuentes de energía, sistemas hospitalarios o bancarios… En definitiva, adiós tecnología. @libertaddigital
Gente con marcapasos: