No le dio tiempo a llegar y tuvo que salir una enfermera para asistirla en la puerta…
Pilar quiso vender su casa de Vic, en Barcelona. Había conseguido plaza fija en un ambulatorio de Reus y dejó que una agencia la enseñara a unos posibles compradores: “llegó el okupa, empujó a todo el mundo, se sentó en el sofá y dijo que no se iba“