Luis aseguró que «siempre he sido una persona discreta. Me gusta ser normal». De hecho, reconoció que solo una relación y ni siquiera viviendo juntos decían que eran pareja. «No me gusta ser tan evidente [como otros gais]», dijo de forma rotunda. «Yo no tengo vida gay, de hecho, nunca he ido a un bar gay y quien no lo crea que envíe la foto. Soy gay… a mí lo que me gustan son los hombres, no los gais», reconoció durante la cena a su cita.
Por el contrario, Carmelo es una persona que le encanta bailar y moverse por el ambiente «gay». «Yo voy mucho por el bares gais y si la gente por la calle me dice mari*** no me importa. Lo primero que hay que hacer es amarse a uno mismo, solo así podrás luego querer a cualquiera», reconoció el italiano.
La decisión estaba clara, ya que desde un principio ninguno de los encajaron. Para Luis su cita era «muy amanerado» y para Carmelo su compañero esa noche no era su «prototipo». Así, los dos solteros llegaron con las cosas muy claras a la decisión final y ninguno quiso repetir. @sensacine
He escuchado esto más veces. El mundo está lleno de gays «homófobos» (énfasis en las comillas) a los que no les atrae nada el rollo amanerado. Es un gusto más, totalmente respetable. Pero a la hora de expresarlo hay que tener cuidado porque vivimos en un campo de minas constante.
Aportado por StopInventing.