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Sus problemas comenzaron, en realidad, en marzo del año pasado. Por aquella fecha, su prima Isabel, de 83 años, comunicó a los tres chicos que compartían piso su intención de no renovar el contrato. Dos de ellos accedieron a marcharse en el mes de julio, pero el tercero optó por atrincherarse en el piso. «Ni paga, ni se va», lamenta Loli, que calcula que su deuda acumula ya unos 6.000 euros.
«Ha pasado de ser una persona plenamente válida a totalmente dependiente», describe. Tanto es así, que los disgustos que le ha causado el okupa le han provocado un síndrome ansioso depresivo. «Sólo en el mes de diciembre tuvo más de diez ingresos», explica. La familia no tuvo más remedio que internarla a principios de año en una residencia de Palencia por recomendación médica.
El problema es que los pocos ahorros que tenían los está consumiendo esa residencia y Loli no puede hacer frente sola a esos gastos. Apenas cobra una pensión de 800 euros y tiene a su cargo dos menores, uno de ellos discapacitado. «No hay justicia», repite sin cesar. @abc
Enviado por Junípero.
Pd: En 40 minutos Anna y yo estaremos aquí charlando con Miguel Lago.