Se llama Justo Márquez, tiene 60 años y es natural de Motril, aunque ha pasado gran parte de su vida residiendo en el municipio malagueño de Nerja. En marzo de 2020, coincidiendo con el inicio de la pandemia, según su relato, los médicos le diagnosticaron cáncer de próstata, la noticia “más dura” que ha recibido nunca. Tal y como cuenta, pese a sus veinte años de matrimonio y tener cinco hijos –no los ve desde junio–, vive y se siente solo y está pidiendo a las autoridades su entrada en la prisión de Alhaurín de la Torre de manera voluntaria para tener cerca a alguien que le atienda cuando lo necesite. @elespanol