Llevamos tiempo intentando desincentivar el uso de los coches, ¿y ahora nos sorprendemos de que el mercado del automóvil se contraiga y con él, aumente la pérdida de empleos? No se puede soplar y sorber a la vez.
Veo venir algo parecido cuando empresarios vean pocos incentivos para asentarse en nuestro país, y los políticos se hagan los sorprendidos.
Y los trabajadores de Renault tienen razones para estar preocupados, porque la empresa francesa está cerrando filas y planea llevarse producción a su país. Tenemos las de perder en estos movimientos de ajedrez que se están haciendo durante esta crisis, porque dependemos demasiado de empresas extranjeras.