La desintegración del Imperio romano (siglo V) no tan solo no alteró aquel paisaje, sino que lo reforzó y ensanchó. El desgobierno inicial de los nuevos estados germánicos y la explosión demográfica que vivió la montaña vasca, impulsaron un fenómeno que, durante siglos, ha sido motivo de intenso debate entre los historiadores: la masiva colonización vasca de la mitad oriental de Cantabria, del nordeste de Castilla, y de La Rioja. Según la investigación historiográfica, entre los siglos VI y X, el euskera medieval habría sido la lengua popular y mayoritaria de estos territorios. Pero con la evangelización de aquellas sociedades (a partir del siglo VIII), divulgada en el latín vulgar de la época y promovida por las élites locales de lengua y cultura latinas; el euskera dejó paso, progresivamente, a una lengua románica que prefiguraba el castellano. @elnacional.CAT