Un finolier profesor de biología desde hace 9 años nos da su punto de vista sobre la situación de la educación en España

Un finolier profesor de biología desde hace 9 años nos da su punto de vista sobre la situación de la educación en España

Estimado Transfino, ¡muy buenos días!

Ya en el paleointernet te seguía los memes rupestres diciendo a los Neandertales que teníamos que mear sentados sobre las piedras o se salpicaban las Vans piel de mamut que llevábamos.

Voy al lío porque se viene tochaco (soy miembro fundador del proyecto de “estímulo de la lectura en jóvenes y adultos” por parte del ministerio de mis tеstículos tanoréxicos).

Últimamente has publicado un par de noticias relacionadas con el mundo de la docencia, al cual pertenezco desde hace 9 años (5 en privado religioso y 4 en públicos(7 centros en la Andalucía profunda de Sevilla, Huelva, Granada, Jaén y Almería) y quisiera compartirte mi experiencia sobre como he vivido estos años y lo que he visto en mis institutos, a ver si en vez de vomitar ácido en los comentarios algunos cambian un poco el prisma y apoyan, que hace falta más un apoyo que un escupitajo dialéctico absurdo en internet, así no solucionamos nada. Es más, solamente refuerza la mala imagen y opaca nuestro trabajo.

Remarco que esta es mi experiencia personal (sin ánimo de entrar en falacias anecdóticas) y refleja sólo una parte de la realidad, pero considero que es igualmente válida porque estas cosas pasan.

– La educación secundaria hay que dinamitarla, volver a la EGB y que los que no valen y sean disruptivos, cuando terminen el actual 2º de ESO (Octavo de EGB) que se vayan a trabajar en una FP. Después, si quieren seguir estudiando los reincorporamos. Tenemos a muchos alumnos que podrían llegar más lejos que se atracan en el camino porque los (je!) 4 de turno, que cada vez son más (ahora de media son 8 lo que viene a ser casi 1/3 de la clase) no te dejan dar clase y están avocados al fracaso. Que el futuro de unos se oscurezca por culpa de otros, lo siento y es mi opinión, no es justo.
“-No quieres estudiar? bien, deja de dar por el 0jete, te lo llevamos diciendo mínimo 2 AÑOS todas las semanas, (que parece que es que no damos oportunidades y esto es el libre albedrío de los nazis en el gueto de Varsovia), hasta aquí, chaval. Ahora te las apañas tú sólo-.”
Lo lamento pero si no hay consecuencias, “los nenes” nada más que hacen estorbar. Cuando prueban el frío a las 6 de la mañana cogiendo las olivas después son los mejores estudiantes.

– ¿Somos los profesores culpables de que la educación esté así? Pues sí, y no. Cuando un alumno suspende por flojo y disruptor, viene la familia y te denuncia a inspección porque (el profe le tiene manía/no los motiva/es un pesado/inserte su mierda de razón aquí porque mi “hije” es un ángel y el profesor no lo entiende) y ves que la inspección te fuerza a aprobarlo o te llevas 6 meses de litigio para al final que una coma en la programación del curso esté mal puesta y lo acaben aprobando dejándote con las nalgas al levante. Pues oye, se te quitan las ganas de pelear, es inútil. El Estado siempre gana porque es lo que quiere, analfabetos semifuncionales que sepan darle al “votón”. Somos culpables de no hacer una huelga masiva y que nos devuelvan la autoridad en el aula, amén de muchas más cosas.

– A día de hoy la única herramienta para mantener la disciplina en clase es un parte de conducta. Algunos lo cogen y te lo rompen en la cara. Si la dirección del centro es cobarde, y algunas lo son, el alumno no es expulsado por hacer eso, se acabó tu autoridad, “xulito basilón wins”. Y esto no es un caso aislado. El año pasado puse 52 partes en un trimestre en mi tutoría y pocas expulsiones hubo, el año anterior, 127. El 90% de los partes se concentran en los de siempre. Hagan las cuentas.
“- Es que los partes no son la solución!”. Muchas veces no, y de hecho invierto mi tiempo libre por las tardes en hacer actividades con ellos o en clases de refuerzo, deportes, etc. Pero eso al final llega hasta donde llega.

– Cuando conoces a los padres, pues las cuentas cuadran. De hecho, los niños salen “bien” a pesar de sus padres. Hace dos años me esperaban fuera una familia “to güena gente”, seres de luz, para darme unos cuantos abrazos cariñosos por haber expulsado un mes a su hija de clase por acumulación de partes, agresión a compañeras, peerse en el aula, ponerse a bailar flamenco mientras explico las placas tectónicas…

– Profesores hay de todo tipo. Estamos los que intentamos sacar a la chavalada adelante, por muy chunga que sea, pero no siempre tenemos éxito y con ello hemos de vivir. Y están algunos compañeros que cuando les toca el grupo chungo llegan tarde 10 minutos, o se van 5 minutos antes a casa, o el día que peores clases tienen “se ponen malos”. Y como he dicho antes, si la directiva no tiene hígados de enfrentarse a los padres y respaldar el criterio del profesor (cosa que también entiendo cuando vienen los clanes o familias) pues estás vendido.

– Hay mucho “entendido” tanto dentro como fuera de nuestra profesión que siempre se dedica a opinar sobre lo que no sabe. Desde un “colegio/instituto bien” (en otras profesiones no me meto) es muy fácil opinar y decir que es que “tu metodología no vale/no es la adecuada” cuando de fondo en tu clase de tecnología hay unos chavales afilando pinchos para practicar esgrima a la salida del instituto, en el tuyo guay están quizás sólo hablando de tonterías. Benditas tonterías de adolescentes.

De esta noticia se supo que uno de mis ex alumnos de la ESO estuvo implicado en el asеsinato.

O cuando dos alumnos de la ESO se meten en el maletero del coche del padre para darle un susto, sacan unos saquitos que allí había, el padre va a un ajuste de cuentas y al abrir el maletero, sorpresa! no hay saquitos, sino los dos chavales. Dos tiros al padre en la cabeza y no volví a ver a los críos.

Estas cosas no te dejan indiferente. Y por supuesto, NO es lo normal, pero existen, pasan. Y luego vienen los diazepames por mucho menos.

– ¿Los profes somos unos quejicas llorones? Pues sí. Algunos más que otros ¿Razón? Tu trabajo es enseñar, y no te dejan enseñar por su mala educación. Pasas más tiempo disciplinando que enseñando, aguantando faltas de respeto no sólo a ti, sino a otros compañeros y alumnos. Y cansa. Ojo, todos tenemos problemas en el trabajo, clientes de mierda, jefes de mierda, compañeros de mierda, etc, pero en la mayoría, creo que acabas haciendo más o menos tu trabajo. Aquí te tiras 3 semanas para explicar el f0king ciclo del agua y todavía alguno te pone en el examen que es el pis de los ángeles. Nuestro trabajo NO es aguantar niñatos. Es formar a los futuros ciudadanos y trabajadores del país. Cosa que creo que es un poquito importante “na máh”.

De lo bueno no hablo porque el tocho es infumable, otro día si eso. La mejor recompensa de un profesor es ver como un niño tanto crack como perdido se convierte en un adulto decente. Y como diría Santa Teresa de Calcuta: “Aquel que salva una vida, salva el mundo entero”, y en ello estamos.

Y por último termino dándote las gracias, tanto si lo publicas como si no, y sobre todo mandando un mensaje a los detractores de la educación que pululan por aquí, es más útil que nos animéis y que apoyéis, que eduquéis a vuestros hijos, sobrinos o ahijados, mucho más que defecaros en nuestros ancestros y pensar que esto es un problema solo de los docentes. La “educación pública” somos todos (a ver si me contrata el gobierno para sus campañas de m.).

Un abrazo con arrimón de pito! @elbioprofe.


Ufff, qué gusto da ver un aporte tan largo sin faltas que corregir. Gracias.

Sus padres le abandonaron por su cara

Sus padres le abandonaron por su cara

El joven creció contento, pero siempre con la incertidumbre de no haber conocido a sus padres biológicos. Por ello, a sus 20 años decidió enviarles una carta en la que aseguraba estar dispuesto a reunirse con ellos. Dos semanas después recibió una dura respuesta por parte de sus padres: “No queremos ningún contacto y se ignorarán los intentos posteriores“. @antena3

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