Un ‘cuento Disney’ para responder a una clienta en TripAdvisor en León

Una usuaria plasma una opinión negativa, en la que se queja del trato ofrecido y los dueños del restaurante leonés Zielo crean una original y divertida respuesta que se ha vuelto viral en redes sociales

Un 'cuento Disney' para responder a una clienta en TripAdvisor en León

De los creadores de “comprador del año” y “el cliente siempre tiene la razón a no ser que sea giIipoIIas“, llega…

Un 'cuento Disney' para responder a una clienta en TripAdvisor en León

La respuesta (ojo ladrillo)

Noche de Domingo de resurrección.

El Zielo está relativamente tranquilo, después de una semana santa de locura solo nos queda dar un buen servicio de cenas y mañana Lunes descansamos.

A eso de las 20:50h vemos movimiento en la calle, cuatro corceles blancos de pura raza española tiran de una carroza azul y negra con decoración dorada con el interior tapizado en damasco azul.

El impresionante carruaje aparca justo enfrente de nuestro local.

Con asombro todos los allí presentes vemos como lentamente sale de la carroza su excelencia la duquesa de Tarraco y Riudecols. Se trata de la reconocida gastrónoma y fudy Elisa que viene desde su palacio en Torre Ermita de la Pineda a pasar unos días a León, no suele salir mucho de sus tierras por lo que entra con paso decidido y sin tribulaciones al local.

Inmediatamente una de las camareras se dirige con la cabeza agachada a recibir a tan insigne visita.

«Buenas tardes soy Elisa, duquesa de Tarraco y Riudecols!!!! «espeta ella con pomba y boato, «tengo una reserva!! «

Por supuesto doña Elisa, su mesa está reservada para las 21:15 horas, son las 20:50h, pero su mesa ya está preparada, le dice la humilde sirvienta.

La cara de Elisa es todo un poema cuando se acerca a la mesa en la que se supone que tiene que cenar, una mesa detrás de una columna, cerca de la barra donde dos chicos apuran una cerveza antes de sentarse a cenar en otra de las mesas.

Ella no puede cenar en un sitio así, tan cerca del populacho, detrás de una columna en la que la gente cuando entre no pueda ver su angelical rostro, ella merece más y exige a la asistenta que la cambie de mesa.

Ella quiere una mesa al lado de la ventana, quiere admirar el extraordinario jardín de bonsáis enanos al lado del estanque de agua traída de los fiordos noruegos y los cuatro cisnes negros de nueva Zelanda llegados desde los mismos campos Elíseos en Francia. Exige por tanto que se atienda su petición pues es la duquesa de Tarraco y Riudecols y se la debe obediencia y respeto.

La humilde camarera le comenta que esa mesa que ella solicita, está reservada, que llega a las 22:30 y que no habría problema en que se sentara en ella, siempre y cuando dejara la mesa libre antes de esa hora.

La Duquesa no sale de su asombro, no es posible que se le niegue su deseo, ella quiere cenar en la mesa al lado de la ventana y no en la mesa que se le ha asignado, no quiere cenar mirando el reloj y exige que se le cambie de mesa. La camarera le vuelve a repetir que puede cambiar de mesa si desea, pero esa mesa que ella quiere viene a las 22:30h (en esos momentos son las 20:55h) y que no puede hacer otra cosa, la organización del comedor se realiza siempre siguiendo determinados criterios y esa mesa en concreto llega a las 22:30h.

La duquesa se hiergue, mueve la cabeza ligeramente hacia atrás y dice con voz alta y rotunda «de acuerdo, cenaré en esa mesa al lado de la barra, pero que sepáis que os voy a poner un comentario!!!».

Uno de los camareros ha estado pendiente en todo momento de la incidencia surgida y sale de su puesto de trabajo en la barra y se acerca a su excelentísima duquesa.

Le explica educadamente que a las dos primeras opciones de cenar en el Zielo se ha sumado una tercera. También si lo desea puede abandonar el local por cualquiera de las dos puertas de que dispone sin ningún tipo de compromiso en caso de que ninguna de las opciones que se le plantean le agrade.

El gesto de la insigne noble cambió de repente, pasó de una gélida mirada de superioridad, a una mirada de fuego intenso y de contención por la situación que se le planteaba. Dudó varios milisegundos y se giró dando la espalda al camarero, para coger su Samsung Galaxy S9 y marcar un teléfono.

En el bar se creó un momento de alta tensión, a quien llamaba Elisa?, que iba a suceder? Iba a cenar finalmente? Todos los empleados cruzaron los dedos, momentos tensos en los que no se sabía que iba a suceder.

Elisa hablaba con alguien, quizá con su jefe de protocolo, quizá llamaba a su amiga Lady Templemore que estaba en esos momentos en la famosa cacería del zorro de Snowshill en la campiña inglesa. La incertidumbre era máxima, fueron 3 minutos de angustiosa espera.

Finalmente, Elisa colgó el teléfono. Su giro de 180º exactos movieron el aire del local de tal forma que una de las hojas del pequeño roble que decora una de las mesas cayó al suelo.

Con paso militar y con la barbilla alta sentenció mientras alzaba su dedo índice señalando al precioso techo de madera de chopo y sujetaba su móvil último modelo.

«Nos vamos, que sepas que acabas de perder cinco cenas!!!!!! «

Los resoplidos de alivio dentro de la barra mientras Elisa abandonaba el local eran evidentes, la gente que se encontraba en esos momentos en la barra se relajó. Elisa en 12 minutos había conseguido que una semana entera de trabajo de 16 personas quedara ensombrecido por un incidente tan ridículo como caprichoso.

A los 6 minutos de salir Elisa por la puerta, una adorable pareja de madre e hijo entraron a cenar algo, se les ofreció la mesa que había rechazado Elisa y les encantó, tanto el trato como la comida. Posteriormente nos llamó Patricia, eran cuatro personas para cenar y la sentamos en la mesa de Elisa, en ningún momento se quejaron ni de la mesa ni del trato que les ofrecimos. Aún quedaba por llegar Raúl, un chico que entró a última hora a cenar algo rápido con dos amigas, la mesa de Elisa se encontraba vacía y le ofrecimos cenar en ella.

Le encantó el sitio, la comida y la atención.

Sobre las 23:30h recibimos noticias de Elisa via mail. En su correo nos comentaba su malestar por la situación vivida y que aún no entiende como decidió ir al Zielo después de lo que la habían advertido, comida mala, fría, salada, personal insolente y trato por parte de los camareros despreciable. Que deseaba con todas sus fuerzas el cierre de nuestro negocio y que con la mala publicidad que nos iba a generar sería muy difícil que llegáramos al verano.

Por un momento nos recordó el episodio bochornoso que hace al menos 5 años vivimos con el Archiduque de Zotes del Paramo el ilustre Lino Geijo por una situación similar.

Nota aclaratoria: El relato puede estar un pelín exagerado, es cierto, la duquesa no llegó a nuestro local montada en una carroza tirada por cuatro corceles blancos, eran Asturcones.

@leonoticias Enviado por DLiner_

Tengo sentimientos encontrados con esta noticia

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[…] “Hemos colonizado la pista”, dice Isabel Trías, directora del colegio público El Martinet, en el pueblo de Ripollet (Barcelona), que ha desterrado el uso de la pelota. Allí los alumnos no juegan al fútbol ni al baloncesto. En ningún momento de la jornada escolar. La pista es una explanada en desuso sin porterías ni canastas en la que los trazos de colores son casi imperceptibles. Rodeada de montículos de tierra con pequeñas construcciones hechas con troncos y con cabañas de madera, ese trozo de cemento es uno de los símbolos de la lucha de este colegio por implantar su propio modelo de escuela, en el que no hay asignaturas y los niños no almuerzan bocadillos, sino fruta y frutos secos. […] [Noticia]

Por un lado le veo sentido, porque incluso cuando yo iba al colegio (y eso que mi colegio tenía mucha superficie para jugar) el fútbol hegemonizaba el espacio. Pero por otro lado veo lo de siempre: limitar la libertad de elección de la gente, y en definitiva, ir en contra de Darwin. Tiene sentido que si los chavales quieren jugar a fútbol, lo hagan en horas no lectivas, para no monopolizar el recreo. Pero también si monopoliza el recreo es porque muchos niños quieren jugar a eso… Da la sensación de que estamos pasando de educar, a dirigir el pensamiento.

¿Por qué hay 96.000.000 bolas negras en este embalse?

Ya hablé de esto hace unos años, pero este vídeo está mejor 😉

Cuando el sol incide sobre agua tratada con cloro y demás desinfectantes, convierte el inofensivo bromuro en bromato. Y el bromato no es precisamente inofensivo… es cancerígeno (y esto no es bromuro, badum tss!). Es cancerígeno en exposiciones prolongadas, por eso los reguladores insisten en que los niveles deben mantenerse por debajo de los 10 microgramos por litro de media en un periodo de 12 meses.

Para evitar esta reacción química promovida por los rayos solares, a alguien se le ocurrió la excéntrica pero original idea de cubrir los embalses con bolas de plástico opaco. Además, al contrario de lo que pueda parecer, están parcialmente llenas de agua, para que el viento no las haga volar y los vecinos tengan una lluvia de miles de bolas de plástico al primer día de viento fuerte.

Visitando Ordos, la ciudad fantasma donde no vive nadie

De los creadores de los aeropuertos nuevos fantasma llegan… las ciudades fantasma recién construidas.

“Luisillo el pillo” ha ido a visitar una ciudad prefectura (las hacen desde cero para intentar que no se acumule demasiada gente en las grandes ciudades) y lo que se encuentra es una ciudad totalmente vacía pero con hoteles y restaurantes funcionando sin clientes. Curioso cuanto menos.

Enviado por Arturo P.