Tor, fue por muchos años el pueblo más peligroso del Pirineo. Su estratégica frontera con Andorra lo convirtió en un lugar de mucho interés económico, donde la codicia y la ambición se mezclaban en un cóctel muy peligroso. Esto provocó fuertes enfrentamientos entre los vecinos del pueblo. Sobre todo entre 2 familias: los Sansa y los Palanca, los protagonistas de esta historia. Este conflicto acabó con la muerte violenta de 3 personas. Casi 30 años después del último crimen, este sigue envuelto en misterio y sin resolver.