El asturiano comenzó a jugar a la ruleta, lo que derivó en una enfermedad que le hizo mentir a su familia, jugarse todo su dinero y contraer deudas. A día de hoy se encuentra recuperado y resume que su vida fue «un infierno» y que «pedir ayuda es de valientes»
Durante los siete años que duró su adicción activa no vivió con ninguna tranquilidad. Recuerda que «estaba todo el día pendiente del móvil porque a ver si me llama este que le debo dinero y lo coge mi esposa», su solución era mantenerlo en silencio y boca abajo, lo que resume como «un sin vivir». Actualmente vive sin prestar atención al móvil y sin preocupación de quién lo pueda ver: «Mi pareja me dice que me están llamando y a día de hoy le digo que lo coja sin problema y con el correo o el WhatsApp, lo mismo».
En el que era su trabajo llegó a falsificar documentos, ese puesto lo perdió y en el momento de su despido, cuando explicó su problema, le dijeron: «Queremos ayudarte y lo mejor es echarte y que te pongas en terapia». @lavozdeasturias