No sé Rick…

Puestos a encontrar causas, me parece mucho más razonable pensar que el movimiento ultrafeminista está complicando un poco las cosas para los hombres, que han sido tradicionalmente los que han dado el primer paso para iniciar una relación. Ahora ese primer paso está plagado de minas en forma de «cuidadito con lo que haces, potencial machista acosador infernal».

Por otra parte la proliferación y normalización de apps para buscar pareja aumentan la oferta disponible más allá de la gente que te puedas encontrar por la calle. Antes los chicos normales y feotes tenían una oportunidad si se lanzaban a hablar con una chica y le caían en gracia, ahora hay una barrera con tu foto antes de que la chica acepte hablar contigo. Hay un filtro que invoca a Descartes inexorablemente.

Con estas apps una tía de Torrelodones tiene 450mil pretendientes online, y al ser tantos, solo los que cumplan unos requisitos bastante exigentes (mucho más que los que aporta la propia demandante), llegarán a pillar cacho.

Creo también que como hay una «élite» de tíos que se están poniendo las botas (los que cumplen todos esos requisitos), las expectativas que generan las mujeres sobre todos los pretendientes son muy altas. Tienen que ser altos, guapos, tener pelo, saber hacer de todo en la cama, tienen que cumplir como un titán, ser atentos, fieles, no agobiar… etc etc etc. Y sino… NEXT.

He visto con mis propios ojos la cuenta de una chica en Tindr, y cómo directamente descartaba todos los que medían menos de 1,80, y eran calvos o pre-calvos (cartonizando). Os hablo de una chica que era un 5. Y… tiene sentido. Si tienes 100 tíos queriendo hablar contigo, tendrás que hacer un primer filtro físico por la foto, y de los que queden… eliges. La oferta de hombres es tan alta que el valor de los hombres ha caído en picado.

Alguno pensará… «pues qué superficial». Claro hombre, imagínate a ti con 100 mensajes en la bandeja de entrada de tu app, y que entre esas 100 tengas una veintena de tías por encima del 8… Seguro que vas a hablar con la chica soltera con dos hijos, o con la que parece que se ha comido una scooter.

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