Silk Road fue un famoso mercado negro de la Dark Web donde se podría comprar básicamente de todo: desde drogas ilegales a tarjetas de crédito robadas, datos personales o piezas para fabricar armas. También se podía contratar servicios de sicarios y cosas mucho peores. Pues bien: en ese lúgubre lugar digno de película de investigadores privados chungos alguien tuvo los santos redaños de robarle el dinero a quienes negociaban por allí. Básicamente timando y estafando a la gente, hasta el punto de que consiguió acumular 50.676 bitcoins, que era una de las monedas de uso corriente allí.
Lo más estrambótico del caso es que los bitcoins los tenía escondidos en una lata de Cheetos Popcorn de dos sabores, en una caja fuerte de su sótano, junto a 661.900 dólares en efectivo, varios lingotes de oro y plata y bitcoins físicos en monedas Casascius. Los 50.000 bitcoins valdrían unos 1.500 millones de dólares a día de hoy –lo justo para llenar un buen carro en el Mercadona, euro arriba euro abajo– pero habrían llegado a valer unos 3.400 millones cuando el bitcoin estuvo en máximos a finales de 2021. Una parte se la había pulido ya el amigo en inversiones inmobiliarias, clubes nocturnos, Lamborghinis y hoteles de lujo, que sólo de Cheetos no se puede vivir en tu cueva. @microsiervos
Lo más curioso es que aunque fue condenado a 20 añazos (pena máxima), solo ha cumplido un año y un día porque… robó a ladrones.