La elegida por casi todas las estrellas de la música, y por Bob Dylan, ha sido Yondr. El método usado por la compañía es sencillo. A la entrada del concierto se pide a cada asistente que deposite su móvil en un estuche de neopreno que lleva incorporado un microchip.
El estuche se cierra y se sella magnéticamente de forma que aunque el dueño quiera abrirlo durante la actuación no pueda hacerlo. Solo mediante una máquina que lo desmagnetice a la salida podrá abrir el sobre y recuperar su aparato. Un método parecido al que tienen las tiendas de ropa o las botellas alcohólicas en los supermercados. @eldiario
¿Por qué lo hacen?
“Después de haber creado esta experiencia sin teléfono en giras recientes, creemos que crea mejores momentos para todos los asistentes. Nuestros ojos se abren un poco más y nuestros sentidos se agudizan ligeramente cuando perdemos la muleta tecnológica a la que nos hemos acostumbrado”.
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