También hablaron de drojas. Ambos reconocieron que consumen de forma regular pero contenida.
La inmigración no debe analizarse siguiendo lógicas económicas de coste-beneficio. Ni para aludir que la llegada de personas daña la economía nacional, recurriendo al habitual argumentario falso de las “paguitas”; ni para entender su nueva etapa en España como una suerte de refuerzo del mercado laboral, como si en vez de vidas se tratasen de meras herramientas. Pero puestos a hacerlo, lo suyo sería acudir a datos reales y escapar de los bulos de barra de bar, basados en el testimonio de un amigo cuyo vecino cobra miles de euros por ser extranjero y no trabajar. @elplural
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