Sí, saber admitir lo bueno del adversario es una virtud. Los hay que suman para restar, y algunos (unos pocos, me temo) tienen vocación y suman. Aunque de todos, incluso de los menos útiles, se puede sacar algo positivo.
Salvador Illa hace algo pocas veces visto en política: alaba uno a uno a sus adversarios pic.twitter.com/pR7FnGsFQi
— El HuffPost (@ElHuffPost) June 25, 2020