Las víctimas: una doctora, un enfermero y un técnico. Uno de los tres sanitarios agredidos detalló que recibieron un aviso de que «una señora había roto aguas y no tenía coche» para desplazarse al hospital. La parturienta, de credo musulmán, llevaba un velo que le cubría la cabeza y el cuello. Fueron con la ambulancia a una vivienda ubicada en el casco urbano del pueblo, la bajaron a la calle, la acostaron en la camilla y «el pañuelo nos estorbaba», para atender a la paciente, pues dificultaba la tarea de los profesionales a la hora de colocar a la mujer tanto la mascarilla que había de llevar, debido a la pandemia de covid, como otros aparatos médicos necesarios para la atención en el parto. «La señora no puso ningún impedimento» en retirarse el hiyab, relató el sanitario, pero sí su esposo, que «me empujó, nos dijo que éramos racistas y que no respetábamos sus tradiciones».
El sujeto, además, se negaba a que su mujer fuese en la ambulancia porque dos de los sanitarios eran hombres. @laopiniondemurcia
Yo le pagaba el primer billete de vuelta a su maravilloso país, y que sea feliz allí con sus mitologías y sus costumbres machistas.
Extra: Madre mía cómo está el patriarcado… (luz doblemente intensa inside)