Pues sí que tienen paciencia…
Los registros de llamadas de la comisaría demuestran que el hombre llamó a la policía entre el 30 de septiembre y el 8 de octubre un total de 2.060 veces. Esto quiere decir que el detenido llamaba cada seis minutos y pasó 27 horas al teléfono insultando a su interlocutor. Al estar ocupando la línea durante tanto tiempo impedía que la policía pudiera dedicar sus horas de trabajo a cuestiones más importante. @lavanguardia
El meme obligatorio…