Cuando el “sujétame el cubata” se te va de las manos y acabas vendiendo un “lanzallamas”.

Y lo entrecomillo porque para que Elon Musk pudiera cumplir su palabra, más que un lanzallamas lo que podía vender sin catalogarlo como arma era un mechero mugrande. En este vídeo lo comparaban con dos lanzallamas de verdad, uno compacto, y otro full con mochila.