Hola Faino, Estoy viviendo en Vancouver y en este preciso momento escribiéndote desde un hotel a las afueras, donde se está celebrando una convención de Coaching Feminista. Soy el cámara que lo está grabando y esto da mucho miedo. Es tipo secta, con una speaker tipo Tom Cruise en Magnolia, o tipo Oprah.
Salen diferentes “expertas” (y algún que otro aliado) a contar sus movidas y, a pesar de que llevo 3 dias aquí, aun no he oido ni un solo dato basado en estudios o en nada que no sea una pura vendida de moto, pasando emoción por ciencia y apelando a los instintos mas básicos de gente que no lo tiene claro en la vida. Esto es exactamente igual que una secta. Por supuesto, al final de cada sesión se dedica un ratito a la promoción y venta de cursos y talleres que te abriran los ojos a la verdad, por unos precios que se te cae el nabo al suelo. Y la gente compra… y con gusto. Lo que está claro es que no hay nada nuevo bajo el sol…
FDO: Pololito.
Aprovecho para añadir otro aporte del mismo tema.
Lastimado Fino,
Lo primero felicidades por tener moto y mota. Segundo, los coches y las motos me gustan pero no son humor, ergo borrénsen y absténgase de postear nuevas mierdas de cosas de mochos y cotes.
Y tercero y punto clave de mi mensaje. Aparte de la procrastinación, mi otro entretenimiento es la economía. Tan apasionante como suena.
Frecuento la página Marketwatch, una página estodounidense donde tratan temas de economía, mercados y un largo etc.
Ayer hice una visita donde fui a dar con este artículo.
Un pedazo de tocho de buenas dimensiones en perfecto inglés, donde en resumen dicen que las mujeres que no tienen un techo de cristal en las empresas se lo encuentran en casa, ya que las parejas donde la mujer gana más que el hombre son más infelices y eso hace que las oh, pobres mujeres tengan un techo de cristal.
Ah, malditos heteroopresores.
El caso es que mencionan la causa por la que esto ocurre casi al principio del artículo, y es que cuando la mujer gana más dinero que el hombre tiende a imponerle todo lo que quiere convirtiéndose de facto en una tirana, lo que hace que el hombre se ponga triste y finalmente mande a tomar por culo a la arpía de turno.
Luego menciona otra larga serie de causas, como el ego masculino (como no, la culpa es nuestra) y una larga ristra de causas a cada cual más pintoresca.
¿No será que cuando el hombre gana más pasta que la mujer no se imponen las cosas (normalmente) y cuando la mujer gana más que el hombre sí se imponen y que las cosas que se imponen acaban quemando al que traga?
En las relaciones que he tenido siempre he ganado más que la contraria y eso nunca ha sido un problema (salvo una que se creyó que había dado con Cofidis), por lo que no tengo experiencias propias en el tema de ganar menos que mi pareja. Ajenas y cercanas solo conozco a una amiga que gana más que su marido, pero parecen bastante felices (también es verdad que la diferencia entre lo que ganan no es mucha y eso menciona el artículo es también clave).
Así que acudo a la base de datos Finolier para que opinéis y ampliemos el tema.
Gracias por leer de antebrazo. FDO: Waskaman.