Spoiler: sale mal. El asunto es que entrevistaron a UTBH en una radio pública, y todos los seres de moral superior que habitan Twitter se echaron al cuello por invitar a un ser “machista, homófobo, etc, etc…”. Lo grachioso es que todos parecían no haber visto un vídeo de este ceñor en su vida.
Yo lo resumí así.
Que haya un puñado de likes en esta respuesta a un tuit, pero ningún retuit, no es casualidad. Viene a ser un reflejo de esta situación. Mucha gente ve a UTBH, o a otros tuiteros y youtubers, o visita este blog, pero a la hora de hablar con grupos de amigos sobre estos temas, no dicen nada. Y de compartir contenidos ni hablamos. Porque saben que no se puede opinar sobre este tema si no vas a confirmar la idea dominante. Es un poco como ser gay en los 70. No en vano más del 90% de las visitas de esta web son directas, y están en tendencia alcista (ayer fue el mejor domingo de agosto de toda la serie histórica), algo que el que pilote un poco de estos asuntos sabrá que no es normal sin tirar de redes o SEO. Al final del post os explico un poco más de esto, sigo con “la manada de twitter”.
Un montón de “influencers” que se han cincelado una imagen de “progresismo y bueneza”, han creado una pelota de nieve monstruosa en forma de imagen de autoridad. Claro, si todos esos tuiteros y referentes progresistas dicen que algo es malo… tiene que ser malo, ¡tanta “gente buena” no puede estar equivocada! Funciona un poco como las religiones. En épocas en las que han tenido un seguimiento mayoritario, decir “yo creo que Dios es el Papá Noel de los adultos” era un suicidio social (o literal, depende del año). También entra el juego el fenómeno de la cámara de eco.
Gracias a Yisus (xd) mucha gente tiene su propia capacidad de razonar, y no traga con el balido de oveja general. Pero claro, aunque no opinen como ellos, tampoco pueden ventilarlo demasiado, porque pueden valorar más sus amistades y la relación cordial con su familia, que defender sus ideas. Es lógico. Por eso triunfan estos métodos, pero… todo tiene un limite. No puedes estar diciendo que 2 + 2 es 5 mucho tiempo, al final la gente se cansa de aceptar una mentira.
En cuanto al tema de compartir contenidos, y “la peste” asociada a la defensa de lo políticamente incorrecto. Crecer en 2015 era fácil, ganar seguidores, y hacerte un nombre en redes defendiendo lo que en aquel momento defendíamos casi todos: Podemos. Un partido que venía en un contexto de máxima corrupción y política basura. Muchos nos sumamos al carro de lo que en aquel momento era “la resistencia”, ya que todos los medios y todo el poder político iba al unísono contra este nuevo partido que amenazaba con levantar las alfombras. Pero el tiempo fue pasando, y algunos fuimos alejándonos de él conforme iba revelándose más y más como un compendio de ideas pseudocomunistas y rad-fem, que parecían salidas de una comuna hippie. La mayoría de “influencers” siguió defendiendo tanto a Podemos como al feminismo hegemónico, y abrazaron el concepto de “el fin justifica los medios”.
¿Qué efecto tiene esto en seguidores/visitas? Pues al principio el previsible. A todo el mundo le gusta parecer bueno, seguir causas que parecen justas, era muy fácil tener reacciones y difusión defendiendo a un partido como Podemos en 2015. Pero ser fiel a tus principios, a costa de mear a la contra del viento en el que tú mismo soplaste, tiene sus consecuencias. Pérdida de seguidores en redes, pérdida de visitantes, lo lógico. Llevo 5 años con los mismos seguidores en Twitter, y no me extraña. Mucha gente había entendido que yo era una especie de traidor que se había pasado a la derecha, por resumir. Pero creo que nunca se plantearon que el que cambió quizás no fui yo. Creo que todos en este blog habríamos votado a Podemos una y otra vez si se hubiera limitado a prometer levantar las alfombras, y poco más. Entrar en política para sanear, y acabar con esta espiral de “y tú más”, corrupción, y aporte 0 a la sociedad. Pero era inevitable que toda la mochila ideológica de los que hicieron posible su ascenso desde ámbitos radicales de la izquierda, brotase como raíces que levantan el asfalto.
Sea como sea, desde 2010 que abrí este blog, me he limitado a una idea simple, que da sentido al blog, y que me prometí (a modo de principio básico) que nunca cambiaría: publicar lo que me salga del rabo, y opinar siempre lo que realmente pienso, pase lo que pase, aunque suponga la desaparición. Creo que 10 años son bastantes, y si tiene que llegar el día, que llegue, pero no parece estar cerca. Gracias a los que habéis sabido apreciar estos principios, tanto a los que opináis como yo, como a los que no lo hacéis.