El listón de las 35 horas de trabajo por semana es una referencia, y a partir de ahí, salvo casos particulares, deben abonarse horas extraordinarias.
Llegar a la semana laboral de 35 horas fue un proceso difícil. François Mitterand la prometió en la campaña electoral que lo llevó al Elíseo en 1981, al frente de una alianza con los comunistas. Pero luego la reducción solo fue de una hora, de 40 a 39. Finalmente fueron Jospin y su ministra de Trabajo, Martine Aubry -actual alcaldesa de Lille e hija de Jacques Delors, expresidente de la UE- quieren consiguieron, tras muchos debates y resistencias de la patronal, que el Parlamento aprobara la reforma en dos leyes votadas en 1998 y 2000. @lavanguardia