Por unos breves minutos, Kamala Harris tocó ayer el techo de cristal que se le escurrió a a Hillary Clinton. Sentada en su despacho del Ala Oeste, la primera mujer vicepresidenta de EEUU tuvo ayer el país en sus manos, mientras su jefe dormía sedado por la anestesia, incapacitado temporalmente para el cargo.
@canarias7 enviado por @Mr.Obvio.