Los expertos en ciberseguridad sacaron rédito de una vulnerabilidad en la ‘app’ Kia Connect. No necesitaron estar registrados en la aplicación, les bastó con introducir el número de matrícula y ejecutar unos comandos. Si hubiesen querido, podrían haber controlado casi cualquier modelo de la marca surcoreana fabricado a partir de 2013.
Eso sí, el ‘hackeo’ lo pusieron en práctica en un coche. En solo cuestión de segundos, demostraron que podían bloquear y abrir las puertas, encender y apagar el motor, tocar el claxon, bajar las ventanillas y, por supuesto, localizar la ubicación exacta. Además, podían extraer toda la información disponible del conductor. @elperiodico