Según confirmaron fuentes oficiales tanto de Renfe como de Talgo, la incidencia se debió a la caducidad de un programa informático de los trenes modelo 106 (los AVRIL, tanto AVE como Alvia), que impedía cargar las baterías necesarias para que los pantógrafos (el equipo que conecta las unidades motrices con la catenaria) se mantuviesen en su lugar durante todo el trayecto. Muy gráficamente, fuentes sindicales anotaron que «el efecto 2000 ha llegado a la alta velocidad ferroviaria el 1 de enero de 2025». @elcomercio