Me ha faltado alguien en plató diciendo “Elisa, para que me estoy poniendo kchondo”.
Me ha faltado alguien en plató diciendo “Elisa, para que me estoy poniendo kchondo”.
No es fake.
No es IA.
No está manipulado.Es, aunque parezca increíble, Elisa Beni diciendo lo que muchos piensan. pic.twitter.com/aFP9f2ZyOi
— Hugo Manchón (@hugomanchon) August 6, 2024
Los mejores chollos en Chollometro
Elisa Beni quiere conservar sus piernas hasta la tumba. Es difícil no pensar que está dando más valor a sus piernas que a un hijo, pero solo porque las de su marido no se estropean solidarizándose por igualdat 😀
Esto es, sencillamente, oro televisivo. pic.twitter.com/US5kBPMarv
— Joven Europeo (@JovenEuropeo) March 11, 2019
Negar que existe el racismo (o el machismo) es como negar que 2+2 son 4, o que Goku puede con Superman, o que la tortilla con cebolla está mejor. Pero se entiende lo que quiere decir ese señor. Si nos centramos en todo lo que podría estar mejor, tanto el machismo como el racismo que tenemos en España pasarían automáticamente a un segundo o tercer plano por importancia. Como bien dice el caballero oscuro, parece que cuesta mucho hablar bien de España. Para decir si un país es tal o cual, habrá que compararlo con su entorno. Más que nada para saber si es especialmente racista o simplemente es una respuesta natural al diferente. Cuando visitas un entorno como las escuelas, te das cuenta de que en España el racismo empieza a ser algo testimonial, y va quedando relegado solo a gente mayor o a pueblos aislados de los avances sociales (como el machismo).
Los que se empeñan en exagerar algo que está reduciéndose de forma paulatina y constante, algún interés tendrán. El que lo niega de forma taxativa y absoluta, también.