Cuando pidió a los agentes una explicación de por qué su coche estaba siendo subido a una grúa, la respuesta no pudo ser más sorprendente: «Su coche puede haber sido testigo de un asеsinato, y nos lo llevamos para que nos cuente lo que sabe». Los patrulleros se lo estaban llevando para someterlo a un tercer grado, y que cantara sin más coacciones que las de un técnico en software. @theobjective