«Mi hijo se enfada, porque dice que si ya se sabe el contenido de la asignatura, qué más da que lo escriba en un idioma o en otro, por eso está cabreado», relata su madre, quien hace hincapié, ante todo, en que ninguna normativa puede negarle esa posibilidad. «Tengo claro que ese derecho está en la Constitución», enfatiza, sin descartar reclamar por la vía judicial, al terminar el curso, según influya este aspecto en las calificaciones de su hijo. Sin duda, a la vista de ese esfuerzo bilingüe, pocos podrán poner en duda su capacidad. @abc