Es conveniente ver la primera parte antes.
Enrique I el Pajarero fue elegido rey de Francia Oriental por los duques germanos, sin embargo, el cargo de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico no llegaría hasta que su hijo Otón I fuera coronado por el papa.
Otón I logró unificar toda Germania, imponiendo su autoridad sobre los duques electores, y además venció a las tribus de húngaros, o magiares, en la Batalla de Lechfeld del 955. Sus descendientes Otón II, Otón III y Enrique II el Santo continuarían con su política unitaria, pero no acabaría bien para ellos.