Un carnicero de 61 años se disponía a acabar con la vida de varios cerdos en el ritual de la matanza previo a su procesamiento para ser consumido y terminó por perder la vida.
Los agentes lo encontraron tirado en el suelo con un cuchillo en la mano y una enorme herida en el pie, por la que se había desangrado. El compañero que realizó la llamada a emergencias aseguraba no haber presenciado los hechos. @abc