Aunque como indica el finolier Thosnod, hay varias teorías, y puede que esta no sea la más «aceptada».
De todos los posibles orígenes de la palabra testificar, el que parece más fiable y está apoyado por más expertos es el que indica que proviene de testigo y ésta a su vez viene del antiguo vocablo íbero testiguar, derivado del latín testificare.
Testificare está compuesto de testis (testigo) y facere (hacer).
Lo que sí se sabe es que la palabra «Testículo» SÍ tiene como origen la palabra TESTIGO.
No se sabe por qué el íbero no tomó testigo directamente de testis. Como curiosidad, testículo viene de testiculus, compuesto de testis (testigo) y el sufijo culus, que es usado como diminutivo. Así que los testículos son los pequeños testigos.