Primero los agentes pidieron las grabaciones de las cámaras de seguridad. Los agentes empezaron a ver la actitud de la pareja. El encuentro parecía voluntario. En la imágenes se veía a ella acompañada del hombre al que había denunciado, de piel oscura y con el que se daba «claras muestras de cariño». Así es cómo entraron ambos la habitación del hotel.
Tres horas más tarde, la puerta de la habitación se volvió a abrir. Aquel hombre salió de la estancia, pero ella también. La Policía Nacional, en el visionado de las imágenes, vio cómo la denunciante salía a despedir a su amante a la puerta. No se detectaban en el transcurso de las imágenes evidencia que apoyaran la denuncia realizada en Melilla. @abc
Enviado por Socarrat.