[…] Con 25 años dio respuesta a uno de los grandes retos de la Humanidad: el control del ambiente interior. Lo hizo diseñando para un impresor de Brooklyn un sistema que permitía regular el calor y la humedad por medio de tubos enfriados. Un boceto permite hacerse una idea de las dimensiones del armatoste, que ocupaba toda una habitación, como los primeros ordenadores. Carrier patentó su «aparato para tratar el aire» en 1906; cinco años más tarde presentó ante la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos la que sigue siendo la base de todos los cálculos de la industria del aire acondicionado: un aparente galimatías de ecuaciones conocido como fórmula racional psicométrica básica. […]
En Córdoba el Ayuntamiento estudia la propuesta avalada por 2.000 firmas de poner a Carrier el nombre de una calle
Habría estado más grachiocho que se la pusieran en Cataluña, pero mis dieses igualmente.
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