La Iglesia entra en la campaña electoral.
Otra iglesia en Huelva hace haciendo 3/4 de lo mismo.
Me recuerdan tanto a los moralistas como Kurioso… “HAY QUE PARAR A LOS COMEFETOS”. Son como predicadores.
Me pongo en el lugar de los creyentes que piensan que la vida es sagrada, y para ellos todos los de Podemos y los del PSOE son simplemente asesinos. Ya no hablamos de facherío, fascismo… no no, asesinos. Al final nuestra moral (que deriva en gran parte de la cultura de un pasado 100% cristiano) es una elección personal, leyes no escritas, una especie de dogma que nos autoimponemos para vivir en sociedad (esto está bien, esto está mal). Cuando hay conflicto entre morales, intentamos argumentar, y lo sano es llegar a un punto de encuentro, como con las leyes de aborto. Lo que no es sano es imponer una moral sobre otra, más que nada porque ambas parten de cuestiones más filosóficas que empíricas.
Imponer tu moral es un fallo de juventud, que no se le puede echar mucho en cara a una persona muy joven, pero cuando te encaminas hacia los 50… igual te faltaron unos minutos de microondas.