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Enviado por Emi.
El método empleado se conoce como ‘fusión por confinamiento inercial’. Para lograr la fusión de núcleos es necesario que estos se aproximen a una distancia muy corta, tanto que la fuerza de atracción entre ellos sea superior a las fuerzas de repulsión electroestáticas. Solo mediante una elevada cantidad de energía se consigue aproximar tanto los núcleos: bien mediante aceleradores de partículas, bien calentando los átomos hasta convertirlos en un plasma lo suficientemente denso que, además, debe estar confinado en algún tipo de reactor de fusión. @eldiario
Es lo más cerca que hemos estado nunca de la energía infinita.
Enviado por JoseO.
@DoblatgeCatala aportado por Ryoga.
Esta circunstancia ha molestado bastante a esta mujer, que pidió una hoja de reclamaciones en el establecimiento para dejar de manifiesto su enfado. «Es vergonzoso que quieran aprovecharse de sus clientes. Vengo de mi trabajo. Ocho horas trabajando. Estoy sin comer. Vengo a comprar y a gastar mi dinero aquí y resulta que no hay cajeros y tengo que cobrarme sola». @lavozdelsur
A ojos de un gestor que pretenda optimizar las cosas, los empleados acarrean complicaciones. Contratación, gestión de equipos, subidas de salario, despidos, indemnizaciones, etc etc etc… Prescindiendo de la mayor cantidad de empleados posible, las empresas no solo reducen costes, también reducen complicaciones. Cuanto más se aseguran los derechos de los trabajadores, y más se mejoran sus salarios, más le compensa desprenderse de ellos al empleador. Y aquí no caben los sentimentalismos, es cuestión de economía empresarial. Si un trabajador les cuesta cada vez más, y su trabajo cada vez tiene menos valor añadido (cajeros), empieza a compensar invertir dinero en máquinas. Suena feo, pero es así.
Con las gasolineras igual… La gente prefiere pagar menos y echarse la gasolina. Yo lo prefiero. Pagar a una persona por meter la manguera tampoco es que añada un valor añadido que compense el extra de coste. Y en un futuro cercano os pondréis vosotros los cafés en el bar. No es el futuro más bonito, pero es el que nos ha tocado vivir. Y la culpa, si es que alguien la tiene, es nuestra.