La historia de cómo una pobre chica se cagó en plena feria de Sevilla.

Es demasiado largo para ponerlo aquí, y tiene vídeos, así que mejor lo veis en Tuister.

Enviado por Linkbron.

Al leer su historia no he podido evitar recordar mi experiencia con la llamada de la turbocaca, la conté en 2017, pero os la dejo a continuación.

Tengo una mala experiencia con las pastillas para dormir. Solo me he tomado una en mi vida, y fue para volver de Miami. Me tomé la pastilla en el aeropuerto (porque allí venden movidas de farmacia en cualquier parte), y una vez en el avión, y cuando Will Smith Zoolander ya dormía plácidametne, empecé a sentir unas ganas de cagar increíbles. Quise aguantarme, porque cagar sharknados de mierda explosiva en el baño de un vuelo intercontinental no es precisamente discreto, así que me aguanté. Pero llegó un momento de vida o muerte en el que era o cagar en el váter del avión, o hacérmelo encima, así que fui corriendo al váter.

Me senté, y empecé a modular el ojete para que la mierda saliese poco a poco, sin hacer estruendos, poco a poco… poco a poco… y cuando iba a salir el primer chorro de caca… pfffffffffff, ERA GAS. Me tiré silenciosamente el pedo más grande de mi vida, con un olor indescriptible, fue todo un megapedo del que me siento, por qué no decirlo, orgulloso.

Me tuve que quedar un rato comiéndome mi propio pedaco  para no abrir la puerta y que todo el mundo se deleitase con el olor de mis entrañas. Fue como una sauna de olor a mierda. Así que ahí estaba, en un vuelo intercontinental comiéndome mis propios pedos en un habitáculo de un metro cuadrado con una proporción aire/flatulencia de 50/50.

¿Hay hambre?