Nada puede ser perfecto, sobre todo si hay humanos implicados.

Nada puede ser perfecto, sobre todo si hay humanos implicados.

Y hablando de idealismo… La catarsis de Roberto Vaquero es digna de ser escuchada. Un marxista recto, leído, y con un idealismo que murió por necesidad en un viaje a Cuba.

Mi suegra es ucraniana nacida en la Unión Soviética, y mi suegro es cubano nació en la Cuba de Castro. Ambos tienen un recuerdo del comunismo bien representado por lo que dice Roberto en esa charla.