Fue construido en 1882 por el joven hotelero Josef Seiler en una de las curvas cerradas del paso de Furka, una de las regiones más nevadas de Suiza. La ubicación panorámica atraía a una clientela acomodada que a veces se quedaba varias semanas durante los veranos.

La industria hotelera en Suiza experimentó un auge a principios del siglo XX y la popularidad del Hotel Belvédère aumentó con la apertura de nuevas líneas ferroviarias. Sin embargo, a partir de los años 60 el número de huéspedes en el hotel y en otros hoteles alpinos disminuyó debido a la llegada de coches más rápidos y potentes. El viaje que alguna vez duró dos o tres días a través del paso se convirtió en un viaje de ida y vuelta de un día y los invitados ya no pernoctaron.

El cierre del hotel en 2016 marcó el fin de una era. El otrora bullicioso restaurante, conocido como The Rose Hall, es ahora un espectáculo triste con ventanas rotas y sillas y mesas antiguas apiladas en un rincón. El glaciar del Ródano, de 11.000 años de antigüedad, que se encontraba justo a la entrada del edificio, retrocede cada día 10 centímetros. El túnel de hielo, que alguna vez fue una vista única que atrajo a miles de personas, incluidos personajes famosos como el Papa Juan XXIII y Sean Connery, ya no se puede excavar de manera segura en el glaciar.