[…] “En realidad, la izquierda académica me ataca habitualmente porque considera que soy de derechas. No soy políticamente ortodoxo, es verdad. Me opongo a la política identitaria, la corrección política y la idea de la justicia social como una guerra, especialmente en el contexto de la vida universitaria liberal estadounidense”, explica. “Yo fundamento los argumentos que sostengo con datos e historia para que la gente que no esté de acuerdo pueda cuestionarlos. No lo hago a partir de dogmas.”
Gran parte de este apoyo de la vieja derecha en Estados Unidos procede de personas decepcionadas por la ortodoxia de la izquierda universitaria. He visto eso, ante mi espanto, en algunos de mis antiguos alumnos, cómo personas inteligentes pueden reaccionar ante el dogma de la izquierda abrazando el dogma de la derecha“.[…]
No abracéis dogmas, hijuepvtas. La gente inteligente pasa de comprar las milongas de los partidos de izquierdas. La gente menos inteligente cree que la alternativa son los partidos de derechas.