«Una negativa a cumplir el deber laboral basado en consideraciones de raza de forma indiscriminada, posee la suficiente entidad (no vamos a entrar en otros aspectos lindantes con el delito), para entender que se ha faltado al respeto de manera grave al público, al empresario y al resto de trabajadores». Es lo que dice la sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, que ha confirmado el despido disciplinario de un repartidor de la ciudad de Cáceres.
Al repartidor, que tiene un salario mensual de 504 euros, incluido el prorrateo de pagas extras, el 29 de mayo de 2021 le encargaron que llevara unas pizzas, pero al ver el nombre del destinatario dijo: «No llevo pedidos a mоrоs de mіerda».