José Luis y Marina, padre e hija, activistas antidesahucios en Barcelona, urgen a las autoridades para que expulsen inmediatamente a los dos okupas de su domicilio.
Mientras la resolución se aplaza, la familia ha solicitado la ejecución provisional del desalojo. “No entiendo que, habiendo una sentencia que dice que tiene que salir de ahí, llevemos tantos meses de espera”, se queja José Luis, que enfatiza que no ha dejado de sufragar los 573 euros de hipoteca cada mes ni las facturas de gas y luz del domicilio. Recalca que no tiene ninguna intención de venderlo, sino que pide recuperarlo para que su hija lo habite de nuevo. Marina ha tenido que bucear entre ofertas de alquiler para hallar dónde alojarse. Ahora paga 250 euros mensuales. “He pasado por cuatro pisos en este tiempo. Barcelona es cara y cuesta encontrar algo que te puedas permitir”, comenta la joven. @elperiodico
Enviado por @PatoICrudo