Dani Alves entró en la comisaría de los Mossos d’Esquadra asegurando que no conocía de nada a la mujer de 23 años que lo acusaba de haberla agredido sexualmente. Cuando salió de los tribunales, en un coche de la policía en dirección a la prisión de Brians 1, había cambiado totalmente su versión de los hechos. El 23 de enero ofreció tres relatos diferentes ante la jueza. Primero, a preguntas de la magistrada, dijo que no pasó nada. En el segundo interrogatorio, el de la Fiscalía, afirmó que simplemente se cruzaron en las puertas del lavabo del reservado. En el turno de la acusación particular, estaba totalmente acorralado por unas pruebas que no avalaban ninguna de sus versiones y unos testigos que describían una versión de los hechos totalmente diferente de la que él narraba. Según fuentes consultadas por el ARA, a Alves le tembló un poco la voz y acabó diciendo: “Yo la verdad es que quería proteger a esta señorita”. @ara.cat